Participamos en la tercera edición de este evento que se realizó el 12 de septiembre en el Four Season y que reúne a los principales actores del mercado.
Herman Faigenbaum, Managing Director de Cushman & Wakefield Cono Sur, fue uno de los disertantes del panel “Oficinas, un mercado que promete” que estuvo moderado por la periodista Carla Quiroga. Los otros participantes fueron Domingo Speranza, Presidente de Newmark Grubb Bacre, Pablo Kiesel, Gerente Comercial de Raghsa, y Patricio Weiss, presidente de Castro Cranwell & Weiss.
En un intercambio de opiniones orientado a detectar dónde están las oportunidades e identificar los principales desafíos, Herman Faigenbaum explicó que “el mercado de oficinas se encuentra estructuralmente subofertado”. ¿Las razones? “Históricamente no hubo capital. A ello se le suma la falta de previsibilidad y esto hace que esta falta de oferta, en comparación con otras ciudades de la región, siempre genere una demanda muy importante sobre el espacio existente”.
Respecto de la vacancia, que en edificios clase A se ubica entre un 6% y 6,5%, apuntó: “Cualquier vacancia por debajo del 10% convierte al propietario en un actor con mucho poder. La explicación a ese fenómeno es que hay pocos metros disponibles y los inquilinos tienen que aceptar las condiciones que propone la contraparte”.
Al hablar de la rentabilidad que ofrece actualmente ese segmento, estimada entre un 7% y 7,5%, puntualizó: “Ese es el porcentaje que se dice que dejan los activos de clase A maduros y alquilados, es decir, no a estrenar. Aclaro ‘se dice’ porque casi no se cuenta con este tipo de productos disponibles, ya que son muy pocos los dueños de estos inmuebles que quieran venderlos y, por otro lado, hay poca cantidad de capitales para comprarlos. En el caso de los proyectos nuevos o en obra, es muy difícil de poder determinar la rentabilidad dado el entorno tan cambiante en el que estamos viviendo”.
También confirmó que la oferta va detrás de la demanda, a tal punto que los nuevos complejos que se están construyendo no sólo no lograrán satisfacer las necesidades de metros cuadrados, sino que tampoco impactarán en los precios de alquiler.
En otra de sus intervenciones, destacó la importancia que adquirió el submercado conformado en torno al Nodo Panamericana – General Paz: “Este es uno de los espacios que está captando la atención. Allí se reúnen muchas características que resultan atractivas para las empresas”. Sin embargo, recordó que “en las principales ciudades del mundo existe una nueva tendencia: el regreso de los lugares de trabajo a las zonas céntricas”, lo cual convierte al submercado de Catalinas II en uno de los lugares con un interesante potencial.
Por último, dejó una reflexión para lo que viene: “Dentro de veinte o treinta años los edificios de oficinas van a ser obsoletos. Esto sin duda obliga a que los desarrolladores comiencen a pensar cómo serán las construcciones del futuro. Este es un gran desafío porque sus clientes, que son inversores a largo plazo y se quedan con sus activos, pueden correr el riesgo de que, cuando empiecen a querer sacarle un beneficio, su bien de capital sea obsoleto”.