La compañía volvió a adquirir oficinas, tras haberse hecho de la torre Bouchard 710 hace poco menos de un mes. Sin poder acceder al contado con liquidación busca pasar al dólar su exceso de liquidez.
fines de julio le compró a IRSA los 12 pisos de la torre Bouchard por u$s 87,2 millones. Anoche sumó los pisos 5, 6, 7, 8 y 9 de la torre Boston por u$s 34,6 millones. El gigante químico Dow está de compras con el objetivo de cubrir su exposición en pesos. Pero no es solo eso, en el mercado dicen que la compañía ve que hay además una “ventana de oportunidad”, de hacerse de activos a buen precio y, por eso, para la operación más reciente recurrieron a financiación bancaria.
La torre Boston es uno de los edificios icónicos del complejo Catalinas Norte. Diseñada por el reconocido arquitecto argentino César Pelli, fue construida por el BankBoston para uso propio en 2001. Actualmente tiene alquileres que rondan los u$s 32 por metro cuadrado.
Los cinco pisos adquiridos por Dow totalizan 6235 metros cuadrados a los que se les suman 25 unidades de cocheras ubicadas en el edificio. Así, el precio por metro fue de u$s 5570, que fueron saldados al tipo de cambio oficial.
Tal como ocurrió durante el cepo cambiario vigente entre 2011 y 2015, la imposibilidad de girar divisas obliga a las compañías a buscar maneras de protegerse de la inflación. Y al igual que en el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la compra de metros cuadrados de oficinas se vuelve por demás atractiva. No solo permite dolarizarse de hecho, sino que a la vez otorga también una renta, por más que sea modesta para el riesgo argentino.
Como importador y exportador, Dow necesita acceder al mercado único libre de cambios (MULC). Con la regulación actual del Banco Central, que le cierra esa posibilidad si llegara a operar en el contado con liquidación, son pocas las opciones que le quedan para cubrirse de la inflación.
En principio, la compañía norteamericana intentó comprar los pisos que ocupa en la torre Madero Office. Sin embargo, esa transacción no se pudo realizar, porque Raghsa, propietaria de las oficinas, no aceptó el pago en pesos.
Frustrada esa opción, Dow salió a buscar qué opciones había en el mercado de metros corporativos. Fue en ese momento en que encontró en IRSA a la contraparte ideal. La empresa se encuentra en pleno proceso de modernización de activos.
“Se están desprendiendo de oficinas viejas para construir nuevos edificios”, dicen en el mercado. Así se explica la mayoría de las operaciones protagonizadas por la compañía comandada por Eduardo Elsztain durante la cuarentena.
Además de las dos ventas acordadas con Dow, IRSA ya había vendido un piso y cinco cocheras en la torre Boston a un inversor privado y dos pisos en el aún no inaugurado 200 Della Paolera al Banco Industrial. Esta última es la única que no concuerda con la estrategia anunciada.
Sin embargo, fuentes que conocen los detalles de la operación cerrada anoche indicaron que, no todo se explica por una estrategia de cobertura de la exposición en pesos. Dow también ve que hay una ventana de oportunidad para inversiones inmobiliarias.
“Prueba de ello es que para comprar los cinco pisos en la torre Boston, la compañía recurrió a financiación bancaria con el BBVA y el Galicia. Si fuera solo cobertura, no habrían tomado deuda”, contaron las fuentes.