Plantas abiertas para interactuar con sus pares y espacios de trabajo adicionales para lograr concentración y privacidad: estas son algunas claves a la hora de proyectar una oficina para los más jóvenes.

Tienen entre 20 y 35 años y su paradigma laboral es muy diferente al de generaciones anteriores. Se prevé que en el 2020 serán la mitad de la fuerza laboral a escala mundial y es por eso sus necesidades y demandas no son un tema menor. ¿Qué caracteriza a los millennials? ¿Qué mitos y prejuicios giran en torno a estos jóvenes? Conocerlos en profundidad es fundamental a la hora de planear los espacios laborales.

Uno de los mitos acerca de esta generación es que no son leales a sus empleadores ¿Pero es tan así? “Si las empresas les proponen desafíos, novedades y oportunidades de crecimiento personal, alcanzan un alto grado de compromiso” afirma la Directora de Project Management de Cushman & Wakefield Cono Sur, Valeria Hecht, “la clave es ofrecer motivación, devolución sobre lo que realizan y reconocimiento”.

Hecht agrega que son una generación colaborativa, ambiciosa y segura de sí misma. Por eso, desde el diseño de los espacios laborales es preciso contemplarlos como factor de cambio. El trabajo en equipo los motiva, pueden aprender de otras áreas y descubrir alternativas de crecimiento dentro de la empresa. La especialista cuenta que hay un gran porcentaje de compañías que está muy adaptado al ritmo y estilo de los millennials. Empresas que produjeron espacios colaborativos, nuevos y que liberaron por completo el espacio de sus plantas. La gran mayoría de las empresas están ávidas por sumarse a esta imagen joven e imponer esta nueva forma de trabajar.

En ese sentido, las plantas abiertas permiten a los millennials:

competir con sus pares como motivación personal.

ver qué están haciendo sus compañeros, qué tan bien lo hacen y medir cuánto contribuyen a la compañía.

interactuar con sus pares, adquirir habilidades y conocimientos nuevos.

vislumbrar posibilidades de cambio y crecimiento dentro de la compañía.

“El secreto de este tipo de proyectos es que cuando se generan plantas abiertas y espacios colaborativos se está generando un pequeño caos en el medio del ámbito de trabajo”, revela la especialista. “Hay que entender que, a lo largo del día, las actividades que se desarrollan requieren distintas calidades espaciales: abierta, semi abierta, cerrada, etc. Es decir, una parte del personal puede estar trabajando con clientes o en equipo, y otra puede necesitar un lugar para hacer un presupuesto de manera concentrada o tener una conversación privada. Entonces se requieren espacios que compensen el área de trabajo abierta”.

En ese sentido, el Project Manager de Cushman & Wakefield Cono Sur, Juan Pablo Elola, agrega “si el ratio no es el adecuado, pueden surgir conflictos. Ahora, si podemos emplear la totalidad del espacio respetando los espacios comunes y, a la vez, los de mayor individualidad, entonces todas las actividades tendrán un lugar adecuado para desarrollarse”.

Plantas abiertas: qué tener en cuenta

Hoy en día, las tendencias en materia de espacios de trabajo son claras. Más que los metros cuadrados, las empresas buscan ubicación, movilidad, colaboración entre equipos y una mejor integración entre los espacios de trabajo.

Sin embargo, a la hora de desarrollar plantas abiertas es necesario tener en cuenta una serie de variables. Una de ellas es lo que sucede con el nivel gerencial. “Algunas empresas se encuentran en una instancia intermedia donde los directores conservan el espacio privado y el resto, no”, advierte Hecht. A su vez, es importante la forma en que la empresa comunica estos cambios organizacionales. “Debe producirse una comunicación positiva y democrática que involucre todos los niveles corporativos, ya que justamente de ellos se trata”, observa Hecht.

¿Qué se busca ahora en la oficina? Más que el puesto en sí, “el foco se pone en los espacios colaborativos y de soporte. La ambientación también es clave para generar identidad. La idea es replicar lo hogareño a través de detalles y climas a los que muchas veces los jóvenes no pueden acceder: desde mesas de ping pong hasta una sala de música o juegos”, detalla Valeria.

La tecnología también es fundamental. En todos lados y en todo momento. “La mayoría de las empresas trabajan con laptops: movimiento y conectividad son esenciales para trabajar. Es un cambio de límites y recursos” complementa Elola.

Modelo para armar

Tanto en la adaptación de edificios ya construidos como en los nuevos, la receta no es única. “Hay empresas que aplican el sistema de puestos no asignados (free sitting): te sentás, te logueás y estás en la red de la empresa. Y luego proporcionan la identidad corporativa con la gráfica, la señalética y los detalles de diseño” enumera Hecht.

“Otra tendencia reciente, especialmente en las compañías con base en el exterior, es el impacto de la certificación LEED. Muchas lo requieren por el prestigio que otorga, pero también porque los parámetros que la rigen impactan en el bienestar de su gente: acceso a la iluminación natural, calidad del aire, verificación de la toxicidad de los materiales, gestión y eliminación de residuos” agrega Elola.

Finalmente, muchas compañías aplican un modelo mixto, con sectores más tradicionales y áreas abiertas con nuevas tipologías espaciales. “La dinámica que aportan los millennials al espacio de trabajo es siempre positiva. Conservan el foco, entienden los pasos para cumplir objetivos y lo hacen todo con naturalidad. El desarrollo tecnológico generó un cambio de ritmo tan grande en el trabajo cotidiano, que el equipamiento y el espacio deben ahora adecuarse a este nuevo tempo. Las prioridades también cambiaron: estar a gusto, y sentir orgullo de tu lugar de trabajo, compartir el entusiasmo por lo que aprendés, por ejemplo, están entre las más importantes”, concluye Hecht.

En síntesis

Plantas tipo con flexibilidad de uso: los trazados admiten accesos y reconfiguraciones para adecuarse a los cambios de distribución sucesivos que la dinámica laboral exige en la actualidad.

Construcción: se reducen los costos y se termina de definir las particiones según los requerimientos de cada grupo de trabajo. Se pone foco en la posibilidad de reconfiguración y la eficiencia del espacio, así como en la flexibilidad modular.

Ingeniería y calidad: se busca tener un nivel de iluminación, acondicionamiento de aire y de aislación acústica óptimos. Se evalúan las dimensiones y la ubicación estratégica de las áreas comunes y de apoyo.

Puestos reales de trabajo: se chequea en los primeros estadios del programa la ocupación promedio efectiva del puesto. Muchas veces se verifica que es menor a la asignada, dando lugar a la posibilidad de compartir puestos y reducir costos.

Perspectivas sobre la cultura y los espacios de trabajo

¿De qué manera las nuevas realidades están impactando en la forma, el lugar y el espacio en los cuales las organizaciones despliegan su trabajo? ¿Cuáles son los desafíos a encarar? ¿Qué lugar tienen las expectativas y demandas de las nuevas generaciones? Cushman & Wakefield Cono Sur convocó a Joseph Brancato, Regional Managing Principal de Gensler; Paula Molinari,Directora del HR Program de la UTDT y Presidente de Whalecom; Herman Faigenbaum, Director del Programa de Real Estate Management de la UTDT y Director de Cushman & Wakefield Southern Cone; y Guillermo Willi, Chief People Officer de Globant y a partir de la charla elaborada se realizó la edición VII de “La visión de los líderes“.

Cushman & Wakefield agradece a DECK-Co por prestar sus instalaciones para la realización del video.

Fuente: La Nación – Content Lab para Cushman & Wakefield.