Con las dificultades propias de este tiempo en que todos los mercados se reconfiguran, Sudamérica ofrece atractivos para los inversores institucionales.
Las consecuencias de la pandemia de Covid 19 primero, y más recientemente los efectos de la guerra que se desarrolla en Ucrania, no han favorecido por cierto las grandes inversiones en ningún lugar del mundo. En medio de los ajustes de las políticas monetarias, el temor a la recesión y a la suba de las tasas de interés, el sector inmobiliario lógicamente no es ajeno a esta realidad. Sudamérica, sin embargo, es una región subfinanciada en términos de inversiones, y en cuanto las condiciones político-económicas se estabilicen, estos capitales volverán a tenerla en su mira. En ese sentido, se espera que los inversores sigan aumentando sus colocaciones en inmuebles comerciales en la región como una buena alternativa ajustada al riesgo, en un contexto de alta inflación, con foco en estrategias core, activos resilientes y mercados primarios.
Uno de los sectores con mayor crecimiento y proyección en estos últimos años fue el mercado de inmuebles industriales y logísticos. La baja en la tasa de vacancia promedio en la región sumada a una tendencia al alza en los precios de alquiler, lo posicionaron como objetivo primario para la inversión.
Aunque la dinámica de los mercados en términos de ventas de activos de inversión ha sido históricamente baja, el buen comportamiento de la logística durante la pandemia sumado al alejamiento de los activos de oficina y retail han aumentado los volúmenes de inversión en este sector.
Los modelos de transacciones de activos entre inversores o desarrolladores inmobiliarios y usuarios corporativos más utilizados fueron build-to-suit (para desarrollar con ocupación garantizada) y sale & leaseback (para obtener capital sin mudarse).
Oportunidades de inversión en Sudamérica
En cada país van apareciendo, de todos modos, ciertas oportunidades determinadas por la coyuntura local y orientadas, según el caso, a las diferentes estrategias de inversión.
Para la estrategia de tipo “Core”, vemos oportunidades en los mercados de Lima, São Paulo y Río de Janeiro para los segmentos de oficinas y retail, a las que se agrega Santiago para inmuebles de multifamily y logísticos.
En “Value Add”, Lima y Bogotá son algunos de los mercados que presentan las mejores oportunidades en logística, mientras que en oficinas y retail se suman Santiago y São Paulo. Se agrega también en este caso el sector residencial, donde se destacan Santiago, São Paulo, Lima y algunas ciudades colombianas.
Finalmente, dentro de una estrategia de inversión de tipo “Opportunistic”, Bogotá y Lima ofrecen buenas oportunidades en oficinas, en tanto que Brasil es el mercado más atractivo en retail e industrial, y aparecen como activos alternativos los data centers en São Paulo, Bogotá y Santiago, y, potencialmente Uruguay y Argentina.
A propósito del mercado argentino, las restricciones cambiarias, que son un obstáculo para el normal desenvolvimiento de los negocios, transformaron a los inmuebles comerciales en instrumentos para la preservación de capital, especialmente para empresas multinacionales que generan gran volumen de pesos en un contexto de alta inflación y no pueden extraerlos del país. Esta particularidad funciona como motor de una importante cantidad de transacciones que se concretan actualmente, tanto en edificios o pisos de oficinas como en inmuebles logísticos.
Más allá de las particularidades de cada país, la conclusión general es que, si bien los fenómenos globales que atravesamos frenaron naturalmente las decisiones durante un tiempo, las oportunidades en Sudamérica existen y son atractivas para los inversores institucionales que estén dispuestos a apostar a una región donde aún queda mucho por crecer y desarrollar.
Fuente: ÁMBITO