Ante la aplicación de las medidas económicas que restringen las operaciones cambiarias, la inversión en real estate es una oportunidad para mantener el valor del capital acumulado en pesos.

Desde que comenzaron a regir las restricciones a las operaciones cambiarias, en septiembre del año pasado, las empresas que no pueden girar utilidades al exterior ni comprar moneda extranjera, acumulan pesos que, en un contexto inflacionario, pierden valor constantemente. Ante la necesidad de preservar sus ganancias, inversores y empresarios encuentran hoy la oportunidad de invertir en real estate como una solución no solo para mantener, sino también para optimizar el rendimiento de sus negocios.

Si bien apostar a la compra de inmuebles como resguardo de valor no es una idea que no hayamos escuchado nunca en un país con antecedentes de procesos devaluatorios, las penalizaciones a las operaciones en moneda extranjera y la brecha entre el dólar oficial, el dólar MEP y el contado con liquidación complican la situación; pero en el negocio inmobiliario son varias las formas de “invertir en ladrillos”.

La primera de las alternativas es adquirir inmuebles corporativos, ya que muchas de las empresas que los venden aceptan realizar las operaciones en moneda local, porque pueden reinvertir los pesos de manera inmediata. Las opciones son variadas: se pueden comprar oficinas o depósitos logísticos, cuyo valor se expresará siempre en dólares; o se puede participar en el desarrollo de un inmueble para la utilización futura tanto propia como para alquilar.

También se pueden comprar tierras, con la posibilidad de desarrollar y construir inmuebles para utilización propia o para la obtención de una renta. Otra opción es adelantar alquileres en contratos de locación actuales o nuevos.

“La clave está en detectar rápidamente dónde están las oportunidades, para que el valor del capital no se siga depreciando”, explica José Viñas, director de brokerage de Cushman & Wakefield Argentina, y agrega que “como en todas las crisis, esta es una buena oportunidad para conocer y aprovechar otras alternativas de negocios”.

Fuente: La Nación – Content Lab para Cushman & Wakefield.